Cuando estamos al aire libre, con lluvia y viento, nos gusta llevar ropa que nos mantenga secos y calientes y que nos permita movernos libremente sin sentirnos sudorosos y pegajosos. Todos los tipos de tejidos, desde los ultrafinos y elásticos hasta las clásicas prendas de lluvia más resistentes, son impermeables y transpirables. Pero, ¿cómo funcionan? 

Empecemos por la impermeabilidad. El tejido debe tener normalmente un grado de impermeabilidad de 3000 mm (3 m) como mínimo. Parece simple, ¿no? Pues no es tan sencillo. Hay muchos métodos de prueba y cada uno tiene diferentes configuraciones y procedimientos. Por tanto, a menos que sepas con certeza qué método de prueba se ha utilizado, es difícil comparar las cifras. 

La prueba de la columna de agua es el método más habitual.  Antes consistía en verter agua en un tubo y medir cuánta presión soportaba el tejido tensado debajo del tubo. El principio sigue siendo el mismo, excepto que las pruebas ahora están automatizadas. Las normas EN ISO 811 y JIS L 1092 son ejemplos del método de prueba. La velocidad a la que se aplica la presión de agua puede ser distinta en cada prueba, lo que produce cifras muy diferentes. 
Lo mismo sucede con la transpirabilidad, que también puede probarse de varias formas. Los métodos más comunes comprueban la cantidad de vapor de agua que pasa a través del tejido. En dos de estas pruebas, JIS L 1099 y ASTM E96/E96M, los valores deben ser altos. también se puede probar el tejido para medir su resistencia al vapor. En estas pruebas, como en la EN ISO 11092, los valores deben ser bajos. 

Por ello, el mismo tejido probado de distintas formas, puede presentar valores de rendimiento totalmente diferentes. 

El tejido está laminado con una membrana para hacerlo impermeable y transpirable. En términos sencillos, el laminado consiste en adherir al tejido una fina película de plástico. Hay dos tipos principales: uno tiene diminutos poros microscópicos que dejan salir el vapor pero que son demasiado pequeños como para que entren las gotas de agua. El otro tipo tiene un material en la película de laminación que absorbe la humedad del interior de la prenda y la transfiere al exterior. Es más adecuado para prendas de clima frío, ya que el efecto absorbente requiere que la temperatura sea más fría en el exterior de la prenda. 
En ambos tipos, la película de laminación hace que el tejido sea impermeable. 

Aplicar un revestimiento con material plástico por la parte exterior o interior del tejido, es otra forma de hacer la prenda impermeable. 

La superficie de los tejidos se suele reforzar con un acabado hidrófugo para aumentar al máximo las cualidades impermeables. Esto asegura que las gotas de lluvia resbalen por la superficie e impide que el tejido exterior absorba el agua, lo que evita que la prenda se vuelva pesada y fría. También repele la suciedad que, de otro modo, podría hacer que el agua se filtrase a través de la membrana. 

Hemos probado la resistencia al agua y la transpirabilidad de nuestros materiales 1977 y 1987 con diferentes métodos de prueba. 
Como puedes ver en este gráfico, dependiendo del método elegido, los resultados son diferentes. 

RESISTENCIA AL AGUA

VENTILABILIDAD

*La prueba suele detenerse a los 20.000 Pa, que es el límite máximo para EN 343, clase 4. 
Los valores solo hacen

referencia a textiles laminados.