
NUESTROS DESAFÍOS
Estamos orgullosos de la empresa que Blåkläder es –y quiere ser–, pero, seamos realistas, este es un trabajo que nunca se terminará. Producir ropa de trabajo implica muchas tareas y opciones difíciles, y hay varios desafíos en cuya superación estamos trabajando duro. Se los explicaremos aquí.
ENFOQUE EN EL FUTURO
CAMBIAR TODA UNA INDUSTRIA: ¿QUÍEN PUEDE HACER QUÉ?
Como ninguna producción textil es completamente sostenible y ningún etiquetado de sostenibilidad cubre el impacto de una prenda a lo largo de su vida útil (todavía), muchos de nosotros tenemos trabajo que hacer. Como compradores, usuarios y, no menos importante, como fabricantes de ropa. Pero, ¿quién va primero y cómo? Le damos aquí algunos consejos.
Compradores: haga preguntas y exija al fabricante de ropa que sea capaz de influir de forma eficaz en la sostenibilidad en toda la cadena de valor. No se conforme con simples modelos de declaración o etiquetado sin verificación. Pregunte si se puede minimizar el impacto climático y cómo se puede maximizar la vida útil. Esto le indicará más de lo que le indica la cantidad de poliéster reciclado o los cálculos simplificados de la huella de carbono.
Usuarios: elija la producción sostenible, incluso si es más costosa y complicada a corto plazo. A la larga, la calidad compensa. Y la cultura de bajo coste consiste en pasar la pelota para que los trabajadores, las comunidades y el planeta asuman unos costes que realmente deberían asumir las empresas y los usuarios finales. Las opciones sostenibles pueden costar más, pero ¿son realmente más caras si salvan tanto al planeta como a las personas?
Industria textil: conserve el poder sobre decisiones clave. No delegue cosas como el abastecimiento de materiales, la salud y la seguridad y el uso de energía completamente en manos de subcontratistas. No todas las empresas de ropa son capaces de tener bajo su techo la totalidad de su producción, pero todos pueden considerar la sostenibilidad a lo largo de la cadena de suministro. Debería hacerse de forma natural.
CONTROL
APOYE A LOS PROVEEDORES DE MATERIALES EN LA TRANSICÍON SOSTENIBLE
Uno de nuestros retos es conseguir que todos nuestros proveedores de materiales se pasen a una producción más sostenible. Hemos avanzado mucho, pero todavía hay áreas en las que podemos influir, y creemos que es responsabilidad nuestra apoyar activamente a los proveedores en su transición. Sin embargo, debemos asegurarnos de que nuestras alianzas cumplan con nuestros altos estándares, y cuando no lo hagan, es posible que necesitemos buscar nuevas soluciones.
Blåkläder trabaja con un número limitado de proveedores de materiales cuidadosamente seleccionados, con muchos de los cuales hemos trabajado durante de 15 a 30 años. Una ventaja obvia de esto es que podemos desarrollarnos juntos y compartir conocimientos. Pero el trabajo de sostenibilidad puede ser costoso y difícil, y la transición requiere una inversión importante, que la mayoría de las empresas no pueden permitirse hacer de la noche a la mañana.

Por eso queremos ayudar a más proveedores de materiales a intensificar sus esfuerzos de sostenibilidad. Como cliente importante y fiel, a menudo estamos en una buena posición para exigir estándares más altos. Ya hemos visto cambios positivos, aunque sabemos que aún nos queda mucho camino por recorrer. Este es un factor del éxito de nuestras alianzas.
SUSTANCIAS QUÍMICAS
ELIMINACIÓN PROGRASIVA DE LAS PFAS
Los trabajadores que trabajan en entornos difíciles –donde el fuego, el calor extremo, las salpicaduras químicas y el petróleo son comunes–, necesitan ropa de trabajo más duradera para protegerlos. Hoy en día, la única manera de hacer que las prendas sean lo suficientemente seguras es tratarlas con productos químicos que pueden ser peligrosos si terminan en el entorno equivocado. Por lo tanto, debemos encontrar un equilibrio entre beneficio y riesgo.
A partir de 2025, no se producirá ninguna PFAS nueva en la cadena de valor de Blåkläder.
Las sustancias químicas desempeñan un papel importante en la seguridad de nuestras prendas, pero no queremos que la naturaleza o las personas sufran un perjuicio. Cuando las ventajas de un tratamiento no superan los riesgos, eliminamos esa sustancia por completo. Además, evaluamos constantemente cómo podemos mantener el uso de sustancias químicas al mínimo absoluto. Esto es más difícil cuando la protección proporcionada por las sustancias químicas no se puede lograr de otra manera.
PFAS
Las sustancias perfluoroalquiladas, o PFAS, son sustancias químicas que se usan para dar propiedades repelentes a la ropa y que protegen al usuario de líquidos, aceites y grasa. Sin embargo, las PFAS tienen propiedades tóxicas y efectos nocivos para el medio ambiente, la fauna y la salud humana. Una vez aplicados a un tejido, no se pueden descomponer ni lavar, por lo que también se denominan «químicos eternos».
Ya hay buenas formas de hacer que la ropa sea repelente al agua, pero cuando se trata de proteger contra disolventes, aceites y grasa, todavía no existen buenos sustitutos para las sustancias químicas actuales.

En 2024, tomamos la importante, pero complicada, decisión de eliminar progresivamente del todo las PFAS de nuestra producción, lo que significa que no se comprará ni pondrá en circulación ninguna nueva PFAS. Nuestra ropa y tejidos que ya han sido confeccionados con PFAS se venderán hasta agotar existencias. No son perjudiciales para el uso y desecharlos supondría un gran coste de emisiones, que es lo último que queremos.
Pero, ¿qué hacemos entonces? La eliminación progresiva de las PFAS en la industria de la ropa de trabajo conducirá, por un tiempo, a una reducción tanto de la protección como de la vida útil de las prendas. Esto no es bueno, pero somos muchos los que estamos trabajando para encontrar una solución. Y es la única manera razonable de hacerlo.

